REGISTRO DE MUESTRASEl registro de muestras se habilita el día 15 de Febrero. Juno a ello se publicarán las Bases y Condiciones 2025.
El Alfajor, un legado Cultural
Más allá de Argentina, Uruguay es el segundo país productor y consumidor de alfajores en el mundo. Al igual que en Argentina, los alfajores en Uruguay tienen una fuerte presencia en la vida cotidiana, con marcas reconocidas y variedades que van desde los clásicos de maicena hasta versiones más innovadoras con diferentes coberturas y rellenos.
La industria del alfajor ha crecido hasta convertirse en un sector de gran impacto económico, con una estructura productiva que abarca desde pequeños emprendimientos artesanales hasta grandes fábricas de alcance internacional. Su desarrollo ha impulsado la aparición de un ecosistema de proveedores especializados en maquinaria y tecnología, con empresas argentinas dedicadas exclusivamente a la fabricación e instalación de líneas semiautomáticas de producción de alfajores. Estas incluyen máquinas dosificadoras, bañadoras de chocolate y túneles de enfriamiento, diseñadas para optimizar cada etapa del proceso productivo.
Además, la industria consume miles de toneladas de insumos específicos, como dulce de leche formulado especialmente para alfajores, distintos tipos de chocolates y harinas, así como una amplia variedad de dulces y mermeladas para los diferentes rellenos. Esta infraestructura ha permitido que el alfajor no solo se mantenga vigente, sino que continúe expandiéndose y conquistando nuevos mercados.
El impacto emocional y cultural del alfajor también es significativo. A lo largo de los años, se ha convertido en una tradición regalar alfajores como muestra de cariño entre familiares y amigos. Es un dulce que acompaña momentos de celebración, reuniones familiares e incluso representa un vínculo para muchos emigrantes con su tierra natal.
Hoy en día, el alfajor sigue evolucionando, manteniendo su esencia pero adaptándose a las nuevas tendencias y gustos. Existen versiones dobles, triples, con diversas combinaciones de rellenos, cubiertas de chocolate y glaseados, impulsadas por la creatividad de los productores locales. Cada alfajor cuenta una historia: la del lugar donde fue elaborado, los ingredientes que lo componen y el cariño de las manos que lo prepararon.
Este dulce, que comenzó como una adaptación de influencias árabes y españolas, se ha convertido en un símbolo de la identidad argentina y latinoamericana. Muchas fábricas locales son orgullo de sus comunidades, y la llegada de una caja de alfajores es un gesto de afecto, una muestra viva de la cultura y tradición de cada rincón del país.
HISTORIA
El alfajor tiene sus raíces en la palabra árabe Al-Hasú, que significa "el relleno". Su versión original consistía en una base de pasta de almendras, nueces y miel, una combinación que era popular en la península Ibérica durante la invasión árabe. Con el tiempo, esta y otras recetas fueron adoptadas por la cultura española, quienes, al emigrar hacia América Latina, llevaron consigo sus tradiciones culinarias, entre ellas, el alfajor.
El alfajor lleva elaborándose y consumiéndose desde tiempos coloniales en territorios que hoy forman parte de Argentina. El primer alfajor propiamente argentino del que se tiene registro es el alfajor santafesino, ligado a la historia de la ciudad de Santa Fe. Su producción comenzó en 1851 en un local ubicado en la esquina de San Jerónimo y 3 de Febrero, a pocos metros del Cabildo (donde hoy se encuentra la Casa de Gobierno de Santa Fe). Su creador, Hermenegildo Zuviría, apodado Merengo, elaboraba estos alfajores con galletas de masa tostada, rellenas de dulce de leche y bañadas en glacé de azúcar.
Su popularidad se disparó con la Convención Constituyente de 1853, cuando los 23 representantes que participaron del histórico evento lo llevaron de recuerdo a sus provincias. Incluso el coronel santafesino Néstor Fernández lo llevó a la batalla de Caseros, lo que contribuyó a su difusión entre los soldados y a que el general Justo José de Urquiza solicitara envíos semanales a su estancia en Entre Ríos. La marca Merengo, nacida de este legado, sigue vigente en la actualidad y el alfajor santafesino es considerado un patrimonio de la ciudad.
En sus primeros años en Argentina, el alfajor tenía una forma rectangular y era conocido por un pequeño grupo de inmigrantes españoles. Sin embargo, su popularidad no despegó hasta que el chef francés Auguste Chammás, llegado a Argentina en 1840, introdujo en 1869 una nueva versión redonda en Córdoba. Chammás y su esposa fundaron una pequeña fábrica de dulces y confituras que revolucionaría la presentación del alfajor, sentando las bases para su posterior expansión y adaptación en distintas regiones del país.
Con el tiempo, el alfajor se consolidó como un alimento esencial en la vida diaria de los argentinos. Desde kioscos hasta almacenes y casas de pastelería, su presencia se volvió omnipresente. Además, su versatilidad permitió que diferentes provincias crearan sus propias versiones con ingredientes locales. Desde los alfajores marplatenses bañados en chocolate hasta los cordobeses con relleno de dulce de frutas, la variedad de estilos y sabores refleja la riqueza cultural de cada región.
Más allá de Argentina, Uruguay es el segundo país productor y consumidor de alfajores en el mundo. Al igual que en Argentina, los alfajores en Uruguay tienen una fuerte presencia en la vida cotidiana, con marcas reconocidas y variedades que van desde los clásicos de maicena hasta versiones más innovadoras con diferentes coberturas y rellenos.
La industria del alfajor ha crecido hasta convertirse en un sector de gran impacto económico, con una estructura productiva que abarca desde pequeños emprendimientos artesanales hasta grandes fábricas de alcance internacional. Su desarrollo ha impulsado la aparición de un ecosistema de proveedores especializados en maquinaria y tecnología, con empresas argentinas dedicadas exclusivamente a la fabricación e instalación de líneas semiautomáticas de producción de alfajores. Estas incluyen máquinas dosificadoras, bañadoras de chocolate y túneles de enfriamiento, diseñadas para optimizar cada etapa del proceso productivo.
Además, la industria consume miles de toneladas de insumos específicos, como dulce de leche formulado especialmente para alfajores, distintos tipos de chocolates y harinas, así como una amplia variedad de dulces y mermeladas para los diferentes rellenos. Esta infraestructura ha permitido que el alfajor no solo se mantenga vigente, sino que continúe expandiéndose y conquistando nuevos mercados.
El impacto emocional y cultural del alfajor también es significativo. A lo largo de los años, se ha convertido en una tradición regalar alfajores como muestra de cariño entre familiares y amigos. Es un dulce que acompaña momentos de celebración, reuniones familiares e incluso representa un vínculo para muchos emigrantes con su tierra natal.
Hoy en día, el alfajor sigue evolucionando, manteniendo su esencia pero adaptándose a las nuevas tendencias y gustos. Existen versiones dobles, triples, con diversas combinaciones de rellenos, cubiertas de chocolate y glaseados, impulsadas por la creatividad de los productores locales. Cada alfajor cuenta una historia: la del lugar donde fue elaborado, los ingredientes que lo componen y el cariño de las manos que lo prepararon.
Este dulce, que comenzó como una adaptación de influencias árabes y españolas, se ha convertido en un símbolo de la identidad argentina y latinoamericana. Muchas fábricas locales son orgullo de sus comunidades, y la llegada de una caja de alfajores es un gesto de afecto, una muestra viva de la cultura y tradición de cada rincón del país.
IMPACTO GLOBAL
El Campeonato Mundial del Alfajor® ha sido clave en la expansión y consolidación de este dulce a nivel global. Este evento ha destacado no solo la importancia del alfajor como símbolo cultural, sino también su capacidad de impulsar la innovación dentro de la industria. A través del campeonato, productores de diversas regiones han tenido la oportunidad de mostrar sus versiones de alfajores al mundo, generando un intercambio de sabores y tradiciones que fortalecen la identidad gastronómica de Latinoamérica.
El campeonato ha creado una plataforma donde pequeños emprendedores y grandes marcas pueden presentar sus creaciones, incentivando la creatividad y el desarrollo de nuevas combinaciones de ingredientes. A medida que el evento se ha expandido, países como Chile, Perú, Colombia, Ecuador y México han comenzado a desarrollar sus propias versiones del alfajor, utilizando ingredientes locales y sus técnicas culinarias. Esta expansión ha abierto puertas a nuevos mercados internacionales, potenciando exportaciones y generando oportunidades de negocio para pequeños productores.
Además de ser un espacio para la innovación, el Campeonato Mundial del Alfajor® ha reforzado el papel del alfajor como embajador de las tradiciones y sabores latinoamericanos. Con cada edición, el evento promueve el orgullo cultural y permite que este dulce icónico siga creciendo y conectando a personas de todo el mundo.
Experiencia
El Campeonato Mundial del Alfajor® es el primer evento destinado a premiar el esfuerzo de las empresas por entregar a los consumidores los Mejores Alfajores, de Máxima Calidad, realizados con recetas transmitidas de generación en generación y empleando los mas puros ingredientes.
Junto a la Feria Argentina del Alfajor® y la Feria Internacional del Alfajor® que se realizan en las principales Ciudades de Argentina y en otros destinos Internacionales pretenden difundir y visualizar a la Industria Alfajorera y a toda la cadena agro-productiva que con su idoneidad e innovación generan un producto alimenticio insignia de nuestra región.
El Campeonato Mundial del Alfajor® se realiza todos los años en el mes de Agosto en la Ciudad de Buenos Aires y pueden participar de la competencia productores alfajoreros de todo el Mundo !
El alfajor es una verdadera fiesta que celebra la diversidad y la tradición de este icónico dulce. En cada evento dedicado al alfajor, se organizan actividades pensadas para que los visitantes puedan disfrutar de una experiencia única e interactuar directamente con los productores. Desde degustaciones y venta de alfajores, hasta charlas sobre la industria, marketing y demostraciones en vivo, estos encuentros ofrecen un abanico de propuestas para todas las edades. Los asistentes también pueden disfrutar de masterclases, sorteos, pintura de alfajores en vivo, stands gastronómicos, un espacio especial para la pastelería infantil, y hasta catas técnicas que culminan en la premiación de los mejores productos. Todo esto, acompañado de bandas en vivo, convierte al alfajor en el centro de una celebración inolvidable. ¡Y mucho más!!
En el Campeonato Mundial del Alfajor las muestras enviadas por las empresas se someten a una evaluación sensorial bajo un estricto procedimiento de Cata a Ciegas, donde un Jurado especializado asigna un puntaje a más de 35 características sensoriales establecidas. Los puntajes máximo de cada categoría (Ver Categorías) obtienen las Medallas Oro, Plata ó Bronce. La participación de Alfajores de todas las geografías tanto dentro de las regiones de Argentina como de aquellos alfajores elaborados fuera de ella le aseguran al Campeonato Mundial del Alfajor® una diversidad de tipos de Alfajores única y enriquecedora, mostrando además la inmensidad de esta industria. Los emprendedores, empresas PYME y grandes empresas compiten a nivel sensorial, igualándose las condiciones de participación para todos.
CATEGORÍAS:Mejor Chocolate Negro
Mejor Chocolate Blanco
Mejor Dulce de Leche
Mejor Relleno de Fruta
Mejor Alfajor Simple
Mejor Alfajor de Tres Capas
Mejor Galleta
Mejor Alfajor de Confitería
Mejor Sabor Tradicional
Mejor Sabor Exótico
Mejor Textura
Mejor Aroma a Alfajor
Mejor Packaging
Mejor Alfajor Saludable
Mejor Alfajor de Maicena
Mejor Alfajor Glaseado
Mejor Alfajor de Autor
Mejor Alfajor PYME
Mejor Alfajor Industrial
Conozca todos los Ganadores del Mundial en todas las ediciones: